BMW M4 GTS mejor que nunca

Una bestia de 500 caballos que tiene más en común con un coche de carreras que con uno de calle.

Solo se han fabricado teóricamente 700 unidades del M4 GTS y a pesar de que su precio era casi el doble que el de un M4 F82 normal, en unas pocas semanas todas las unidades estaban asignadas y vendidas. Tanto es así que hoy en día, cuando la producción ya ha llegado a su fin, las pocas unidades que han acabado en el mercado de segunda mano ya cuestan casi un 30% más de lo que costaba nuevo. Hemos tenido un BMW M4 GTS durante 72 horas y creemos que no debes perderte esta prueba, porque estamos ante un coche irrepetible.

Un exceso de carácter que enamora y engancha a partes iguales, un coche que pasará a la historia como uno de los mejores y más radicales BMW M de la historia

En la trasera nos encontramos con otro elemento que no está ahí precisamente por decoración o para mejorar su aspecto deportivo. El alerón posterior está basado en el que llevaban los BMW 320si E90 que competían en el WTCC y sin él la trasera no tendría el apoyo necesario para mantenerse pegada al suelo.
El ala superior está fabricada en plástico reforzado con fibra de carbono, mientras que los brazos que lo unen a la tapa del maletero son de aluminio
Un diseño específico que mejora el apoyo aerodinámico.
Así nos encontramos con un M4 GTS en el que los paneles de las puertas están fabricados de una sola pieza, una plancha sólida de plástico reforzado con fibra de carbono 
La consola central ahora es más fina, carece del clásico apoya brazos con guantera en su interior y está forrada en alcántara a juego con el resto del interior. Como detalle tecnológico, cuenta con una toma de USB para conectar el teléfono móvil y cargarlo.
Como parte del kit Clubsport, un extra sin sobreprecio, incorpora dos precisos baquet fabricados por Recaro con estructura de fibra de carbono, tapizados en piel en los laterales y alcántara en el centro que gracias a sus envolventes formas, aseguran que el cuerpo de sus víctimas no se moverá por muy dura que sea la tortura a la que se les someta.
El sonido del coche es tan exagerado y tan notorio que es un buen calmante de cualquier exceso de ansias. Desde el momento en que pones en marcha el motor pulsando el botón, el estruendo que sale por esas cuatro salidas de escape es brutal, grotesco y escandaloso a partes iguales.




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